Hablo y te pienso en tu casa
Que no conozco
A la que jamás iré.
Converso del frío/ de la escuela
Del alto costo de vida.
Hablo y pienso en tus otras casas.
Las que conocí.
Departamentos libres o amoblados
En esta u otra ciudad/ céntricos y suburbanos
Pequeños como ratones o grandes como tu cielo.
Hablo y Dios te libre de verme
Viéndote llorar
licenciada del vuelo de otro
otra vez / nuevamente/ como será siempre.
Y hablo y te pienso en el sopor del baño
O yendo de un lado a otro del espacio
Fumando en los intervalos de las novelas
Triste sin saberte triste/ oscura creyéndote clara.
Hablo y me piden brevedad
Y los rodeos sintácticos
Que doy
Te circundan te apresan te devanan
En tu jardín de invierno/ en tu habitación doble
En tu cocina de muñecas/ en tu sala para fumadores.
Hablo y cae la moneda sobre el lomo
Tragedia esperanza/ esperanza tragedia.
La moneda sostenida sobre el lomo
La nada misma. Tu ser en ella.
Hablo y pienso en este poema
Que más tarde escribiré/ que escribo/ escribí
Y que nunca/ nunca/ nunca leerás
Porque aquel hombre
-se entiende quién-
Jamás/ jamás
Regresará.
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